3/ OPERACIÓN AUTOESTIMA, MALDITO DÍA 3: CRÁTERES EN MARTE.
- astroestimafer
- 9 abr 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 29 abr 2022
En una zona conocida como Hephaestus Fossae en Marte, existen rastros de impactos de asteroides y cometas. Rastros a los que se les han denominado, cráteres. De esta manera, como prueba de ello podemos decir que en el planeta rojo, han quedado cicatrices.

Bien, pues yo me sentía como un planeta, me sentía como Marte…
Creo que a nadie le gusta estar con una persona complicada, que manifieste mucho de esto o aquello, como si fuera un defecto que la haga ser difícil de amar. Para los chicos es mucho trabajo y mucho rollo. Todos quieren estar con chicas seguras de sí mismas, cual objeto, sin holladuras ni golpes, además de guapas por supuesto... Hablo de esas chicas que se ven a diario en redes sociales y mucho me temo ahora estoy lejos de sentirme así.
Me es complicado entenderme a mí misma, todos los días. Los cráteres en mi alma desatan una batalla campal tan sólo para decir un “Si, Te amo”. Es difícil amar cuando estas librando una batalla interna.
Era un esfuerzo tan grande para mí, que terminaba cansando a cualquiera, no es que no quisiera decirlo o que el hielo del Ártico se hubiera apoderado de mí, tan solo no podía entregarle mi estabilidad emocional a alguien que al final terminaría por irse. Yo sabía eso, lo supe desde el principio.
Una vez mi mejor amiga (Atria) me dijo;
“Tú no necesitas a un hombre, necesitas a un súper héroe, porque tú eres una súper mujer”
Positivamente tal vez sea cierto, pero lo único más difícil que encontrar tu talla perfecta en rebajas del 70%, es encontrar a un héroe. Quizá mi héroe soy yo. Hasta entonces no pienso enrollarme con nadie a quien no le vea volar o ser demasiado genial.
Pienso que las mujeres deben dejarse salvar de vez en cuando por los hombres, eso no las hace menos valerosas o dependientes, pero también creo que para llegar a ese punto, ella debe ser capaz de poder hacerlo sola. Él puede ser tu vida entera si quieres, pero debes tener otra de repuesto, ¡Tú sabes! Por si el tipo no es lo que buscabas.
Retomando el capítulo anterior; Había dejado de ver a Said durante un par de meses y la verdad es que él no me busco más. Me encuentro tranquila hasta el momento en que hago memoria y recuerdo que el tiempo que llevo sin hablar con él, es el mismo que llevo sin mi periodo, entonces el día se tornó gris y se volvió uno de esos, dónde la suerte te da la espalda…
¡Estoy embarazada!, tenía un nudo en la garganta, estaba increíblemente contenta y tan petrificada a la vez, que apenas pude estirar la mano hacia Said y mostrarle la prueba que había dado positivo.
Él estaba helado, no pudo decir nada y a mí me pareció normal y entendible. Yo también estaba asustada. Al día siguiente, antes de ir al médico, Said me confesó que no quería tenerlo y que si sus cuentas eran correctas, yo no tendría más de mes y medio de gestación.
Rompió mi corazón, nunca me sentí más sumisa en la vida. Me quedo callada, algo que por supuesto es imposible para mí.
Entramos al lugar, me recuesto sobre la cama, mientras él espera de pie, el Dr. comienza con el ultrasonido, voltea el monitor y me dice:
- Ahí está su bebé.
Los ojos se me iluminan.
-Está chiquito -comenta, pero ya podemos escuchar su corazón, ¿Quiere oírlo?
En cuanto escucho la propuesta del Dr. Siento la necesidad de voltear a ver a Said, pero sé que su respuesta será fría. Entonces giro la cabeza y le digo al Doctor, ¡Sí! Quien rápidamente sube el volumen para que podamos escucharlo, ambos.
No puedo describir lo que sentí en ese momento, era como si el corazón se me saliera del pecho, como si una parte de mi alma hubiera despertado, nunca había deseado escuchar más fuerte ni ver más lejos como cuando lo escuché y ví por primera vez a mi bebé dentro de mí a través del monitor.
De regreso durante el camino a casa, Said no dijo ni una sola palabra hasta que llegamos a mi puerta.
-¡Es un feto Fernanda, apenas del tamaño de un chícharo, ni siquiera es un humano todavía!
Respuesta que me temo, permanecerá en mi mente por mucho tiempo.
-¿Cómo puedes decir eso? -Le digo; Tú mismo acabas de escuchar su corazón, está vivo y crece cada día, ¿Cómo puedes ser tan insensible? O es que... Acaso ¿Ya no me quieres? ¿Es eso? Porqué si es así, lo acepto, no tienes que estar conmigo si ya no me amas, pero mi hijo no tiene la culpa.
- No tengo nada que ofrecerle -Dijo Said.
-Tus padres tenían menos que nosotros y aun así pidieron sacarte adelante, le respondí; Sé qué piensas que estoy loca, pero también sé que podemos, por favor, te lo suplico, te lo ruego, intentémoslo. Él nunca me había visto llorar, pero eso no le importó.
Y como por arte de magia Said, se esfumó. Dejándome sola, algo que por supuesto yo no podía creer, ante semejante hombre lindo y cariñoso.
Mi castigo por confiar en él, fue pasarme cada día llorando por mí y por la vida que crecía dentro de mí, pensando en la increíble habilidad de Said para desaparecer y para cambiar tan radicalmente. Un día estaba tan loco por mí y al siguiente ya no.
Pasé muchas noches oscuras, literal, la luz y la seguridad donde vivía no eran muy estables. Lo único que me acompañaba era mi fiel compañera, mi mascota de 11 años, recostada en mi brazo izquierdo, mientras que en el otro extremo tenía mi celular para llamar a mis padres en caso de emergencias, solo en caso de que algo me sucediera, ya que ellos desconocían que yo estaba esperando un bebé. ¿Cómo les iba a decir eso?, se decepcionarían de mí, así que cada que los visitaba, me aseguraba de ponerme algo muy holgado y cualquier cosa entre mis brazos, para que no pudieran notarlo.
A pesar de eso, no me sentía sola, tenía dos angelitos junto a mi. Por ellos tenía que ser fuerte y seguir. También tenía a Christian, a quien suelo llamar incluso aun en la actualidad cuando tengo ataques de ansiedad o me siento muy mal, pero a él no le podría dedicar un capitulo como a lo demás, para escribir sobre Christian necesito toda una obra literaria y otra vida.
Después de un par de meses Said volvió...
Yorumlar