BIENVENIDA

PRÓLOGO

Maldito día uno:

Con los ojos llenos y el corazón vacío, comprendí que la cosa es así: o sigues, o te rindes.

Los finales se parecen mucho a los comienzos, y si aún queda algo de ti —algún rastro, una diminuta partícula— te mostraré que todavía no estás jodido. No han acabado contigo.

—Al fin lo hice. Lo escribí todo. Ahogué lo que sentía en el fondo de estas páginas, y conforme lo hacía, el corazón me latía a mil por hora —le dije a mi mejor amiga, Atria, mientras le entregaba una libreta vieja.

Esa misma tarde, me llamó.

-Amiga eso que tu escribes lo tiene que leer alguien más, quizás muchos más, esto que has escrito no son cartas, es un libro.

Así comenzó todo.

A medida que escribía, me sentía más sana, incluso más libre. Encontré consuelo en la escritura. Esta obra fue mi diario, mi refugio y mi testigo.

No era capaz de buscar otra salida. Cuando estás con la vida media rota, en lo último que piensas es en soluciones.

Necesitaba vivir mi dolor, entenderlo. No tenía fuerzas para levantarme enseguida del suelo ni para ser positiva. Así que, aún recostada y con el llanto en los ojos, me lancé a lo más profundo de mí. Sin saber a qué me enfrentaría.

Curiosamente pasamos la mayor parte de nuestro tiempo queriendo conocer a otros individuos, relacionándonos con ellos, “Cambiando de aires” Como suelo decir cada que me canso de alguien. Les damos a las personas bastante control sobre nuestras vidas para después terminar culpándolos o haciéndolos responsables de lo que nos acontece, les entregamos tanto lugar en ella que se nos olvida que la persona más importante por descubrir somos nosotros mismos.

¿Y para qué sirve conocerse? Conocerme, elevo el amor que sentía por mí y mi autoestima, me saco del hoyo en el que estaba, pero no solo me cambio la vida, me enseñó otra manera de vivirla.

El resultado, una necesidad convertida en un libro en metamorfosis, el lector podrá notar la evolución de quien escribe y al mismo tiempo -si se lo permite- será participe de la suya.

Yo creí que dejar atrás lo que me había sucedido era el final de todo.

Pero no fue así...